Empieza por lo fácil

No es lo mismo plantar garbanzos que plantar tomates, porque cada una de estas plantas necesita unos cuidados distintos. De hecho, hay algunas plantas que exigen más cuidados que otras, y precisamente de esas es de las que no hablaremos. Porque lo que quieres es tener un huerto urbano que te haga feliz, no que te dé preocupaciones. Y para empezar, lo más fácil es hacerlo con las plantas menos exigentes pero a la vez más vistosas. ¿Un ejemplo? Los tomates. Sí, aunque no lo parezca, los tomates son una buena forma de iniciarte porque casi se cuidan solos. Sólo demandan agua abundante, una sencilla poda regular y vigilar los ataques de alguna pequeña plaga.
   

Otra planta con la que todo parece fácil es la fresa. Dales sol y agua, y parecerá que has dedicado un millón de horas a cuidarlas. También las cebolletas son fáciles de cuidar, y además necesitan poco espacio. De hecho, incluso se pueden tener dentro de casa, puesto que tampoco exigen mucho sol, por lo que son ideales para quien no tiene jardín ni terraza pero quiere tener su huerto aunque sea en el balcón o en algún rincón de la cocina.
   

Hay muchas variedades que también crecen bien en interiores, como las aromáticas, que son ideales para ir cortando a medida que las necesites y usarlas frescas en tus platos. ¡O las espinacas! Y si tienes un poco más de espacio, prueba con las patatas. Se pueden cultivar en macetas algo profundas o en macetas especiales para cultivo de patatas, que tienen una apertura lateral para cosecharlas fácilmente.

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