Iris

Lirio común, su nombre hace referencia a la diosa griega del arco iris debido a su extensa variedad de los colores de sus flores. Es una especie muy común en el hemisferio norte, se encuentran en hábitats muy diversos, desde desiertos hasta laderas de regiones frías. En zonas frías suelen ser rizomatosas y en zonas de clima seco bulbosas (pueden sufrir el exceso de humedad).

Sus hojas en forma de espada crean bonitas texturas para utilizar en jardinería; además de aportar verticalidad al conjunto, su floración primaveral destaca por la belleza y color de sus flores. Las variedades enanas poseen una floración más precoz.

La más común en los jardines es Iris germanica, muy fácil de cultivar.

Le gusta el pleno sol y suelos que drenen, así como un suelo fértil, aunque no es muy exigente. Un exceso de humedad puede causar problemas, es una planta idónea para alguna zona seca del jardín. Se puede cultivar en tiesto.

Alcanza hasta 1m de altura y posee flores azules perfumadas, atenuadas en nuestro clima debido a la humedad ambiental. La parte aérea desaparece en invierno.

Multiplicar mediante rizomas una vez finalizada la floración, a finales de verano – otoño.

En zonas ligadas al agua de nuestro entorno podemos encontrar el Iris pseudacorus de flor amarilla, que además de sobrevivir en épocas de sequías es capaz de absorber metales pesados, cumpliendo un papel importante en la depuración de las aguas.

Se pueden combinar con Imperata cilíndrica, Lonicera maigrun, Deschampia cespitosa, Geranium sanguineum, Alchemilla mollis, ajos ornamentales, Luzula sylvatica, Valeriana officinalis, Angelica arcangélica, Viburnum plicatum mariesii, Silene dioica, Phlox paniculata, Stachys bizantina, Digitalis, centaureas…

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